Viena II: tiendas de Kettenbrucken

DISEÑO Y HANDMADE EN VIENA
Texto y fotos © Maribel Herruzo

Haas Haus y Stephandome, Viena. Foto © Maribel Herruzo

Tuve suerte con el tiempo en Viena, considerando que eran los últimos días de noviembre, y aunque hizo mucho frío el sol se dejaba ver la mayor parte del día. El paseo de hoy empieza por un distrito que queda algo alejado del centro, pero que empieza a ser uno de los lugares emergentes, donde los jóvenes creadores y diseñadores están encontrando su sitio, tanto para sus tiendas como para sus talleres. Se trata del barrio de Kettenbrucke, el que ya en época del Imperio fuera punto de reunión de los homosexuales (antes de que existieran los gays). El mismo que acoge uno de los mercados más curiosos de la ciudad, el Naschmarkt, plantado al aire libre como si se tratara de un país sureño, con algunos locales de comida alrededor y variedad de productos exóticos. De este mercado siempre recordaré que hace algunos años tuve mi primera -y hasta el momento única- degustación de vinagres, uno más exquisito que el otro. Este es uno de esos lugares que responden a la pregunta típica de «¿Qué puedo comprar en Viena?»

Naschmarkt, foto © Maribel Herruzo

Este es también el lugar en el que se monta el rastro los fines de semana y que se ha convertido en un popular punto de encuentro. Aunque no compres nada, el viaje no será en vano, pues nada más salir del Metro Kettenbrucke (U 4), si miras a tu izquierda encontrarás uno de los más famosos edificios secesionistas (modernismo vienés) de la ciudad, la Casa Mayólica, obra del arquitecto Otto Wagner.

Antes de empezar el paseo, o tras las compras en el mercado, puedes buscar el stand número 421-436, donde está el Deli Naschmarkt, un lugar en el que degustar delicias turcas y que los martes y de jueves a sábados, de 5pm a 12pm se programan sesiones con DJ’s.

Pero hemos venido a este barrio a recorrer tiendas, de la mano de Susanna, buena conocedora de la zona y personal shopping colaboradora de www.7tm.at. Y nada mejor que empezar por la calle Kettenbruckegasse y recorrerla en toda su extensión, pues según Susanna tiene mucho que ofrecer.

Lo primero que encontramos es Bananas (en el nº 15), una tienda de muebles y complementos vintage para la casa, de las décadas que van de los 50 a los 80. Se diría que es el salón de la casa de unos amigos, pues cuando entro, una de las mesas está ocupada por varias personas que toman café y charlan animosamente entre lámparas, espejos, maletas y paragüeros. El curioso nombre hace referencia a las cajas de bananas que suelen usar los vieneses cada vez que realizan una mudanza.

Bananas. Foto © Maribel Herruzo

Algo más adelante, en la acera de enfrente, Susana me muestra otra curiosa tienda. Se llama Gatto Möbel (nº 14), y sus propietarios, una pareja de diseñadores, realizan muebles por encargo siguiendo las directrices de los clientes. Sus preferencias, sin embargo, están claras tras visitar su hermosa tienda, y así lo confirma Kathrin Esslinger, la mitad del dúo creador: les encantan los años 50. Esta fue una de mis favoritas por su diseño.

Gatto Möbel. Foto © Maribel Herruzo

Un poco más adelante, muy cerca de lo que fue un antiguo molino, se encuentra Ready Made (también en el nº 14 ¿?), la tienda de la actriz y diseñadora de moda Martina Salner. El local es una antigua sastrería de los años 30 que ha mantenido su particular atmósfera, con los muebles originales, y donde Martina da rienda suelta a sus creaciones de alta costura y, amablemente, nos invita a una copa de vino rosado.

Ready Made. Foto © Maribel Herruzo

No hay tregua, las tiendas se suceden una tras otra. Esta vez la toca el turno a Mein Design (nº 6), que en realidad es algo más que una simple tienda, pues este local acoge a varios diseñadores a la vez que van rotando en periodos que fluctúan entre los tres y los seis meses. Es una forma de dar a conocer los trabajos de aquellos creadores más jóvenes y/o desconocidos. Un ejemplo, el que me pareció más original, es la marca Milch, que transforma pantalones de sastre en vestidos, faldas, capuchas, bolsos y lo que haga falta.

Mein Design. Foto © Maribel Herruzo

Fairkleidung (nº 3) también reúne a varias creadoras, esta vez permanentemente, cuyo nexo común es que usan telas usadas para reciclarlas y convertirlas en nuevas prendas. Ropa de colores muy vivos y colecciones para niños muy fashion -algo cara para mi gusto- domina la pequeña tienda que es, a la vez, taller de confección. Bloemje hace ropa para niños y Lena Mi abre su campo a edades algo mayores pero igual de coloristas.

Fairkleidung. Foto © Maribel Herruzo

Dejamos Kettenbrückegasse, torcemos a la derecha por Margaretenstr. y entramos en Krongasse. En el nº 20 está situado el local de Dörte Kaufmann, y también allí encontramos a un grupo de amigos y colaboradoras de Dörte, tomando un café y unas pastas. Son una especie de grupo de calceta, pero de aire cool y moderno, aunque la tienda acoge exposiciones variadas y artículos de otras diseñadoras. Ese día estaban expuestas las exclusivas faldas de Hinterland, a nada menos que 390 € cada una.

Dörte Kaufmann. Foto © Maribel Herruzo

Casi tocando a esta tienda (de hecho, en su tarjeta aparece el mismo número 20 de la misma calle), está el taller y la tienda de la ceramista Sandra, Feinedinge, donde la encontramos trabajando en su última colección, una serie de vasijas que dejan escapar la luz por los cientos de agujeros que ella realiza a mano pacientemente.

Feinedinge. Foto © Maribel Herruzo

Volvemos sobre nuestros pasos a Margaretenstr. y en el nº 50 encontramos un pequeño local llamado Sack & Pack que lleva la diseñadora alemana Gabrielle Ring. Hace cosas algo extrañas, pero lo más llamativo es la originalidad de los materiales que usa, experimentando con ellos para que sean, funcionales, como un pañuelo de cabeza que repele la lluvia o unas zapatillas realizadas con material de mopa limpia suelos.

A solo dos números de distancia, en el nº 52, nos detenemos en el café Aromat, que aunque no es un restaurante propiamente dicho tiene una cocina a la vista de todos donde mezcla con pericia sus ingredientes biológicos y procedentes, únicamente, del Naschmarkt, nunca de procedencia más lejana. El mobiliario nos traslada a un comedor de los años 50 -parece que la década favorita del barrio- y las paredes mudan sus exposiciones cada cierto tiempo.

Aromat. Foto © Maribel Herruzo

Aquí acabó nuestro paseo. Quedaron algunas tiendas que visitar por la zona, como Pepita, de ropa original para niños; Strickwerk, ropa para gente sin complejos, muy original y llamativa; Gabarage, un estudio de muebles realizados con materiales de reciclaje, o Michaela Bauer, otra tienda cuyos muebles vintage podrían aparecer en la serie Mad Men. Pero la mayoría de los comercios en Viena cierran a las 18h, justo la hora de hacer un café.

En la próxima entrega os hablaré del diseño vienés, y como en la última década está levantando el vuelo y tomando posiciones. También os hablaré del proyecto Walking Chair, del artista metido a «arquitecto» Friedensreich Hundertwasser y del distrito 7, donde se encontraba el singular, curioso y divertido hotel en el que me alojé estos cuatro días, el Alstadt. ¡Ah! Y de restaurantes.

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2 Respuestas a “Viena II: tiendas de Kettenbrucken

  1. Almudena

    Buenísimos consejos!!!

  2. Bananas ha sido todo un descubrimiento. Y ese barrio entero.

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